Cómo identificar mi tipo de piel
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Es una barrera que protege nuestros órganos internos y, como tal, se ve expuesta a numerosos factores externos que pueden perjudicarla. Por eso es importante cuidarla y asegurar su correcta protección.
Para poder mantenerla sana, es esencial incorporar una rutina de cuidado, y es importante aprender a identificar bien nuestro tipo de piel para tener éxito en nuestra rutina.
El tipo de piel, en general, tiene un origen genético y se mantiene durante gran parte de nuestra vida. No obstante, el estado de la misma puede cambiar según el clima, edad y salud.
En general, reconocemos cuatro tipo de pieles: Normal o eudérmica; grasa; mixta y seca. No incluimos a la piel “sensible” en esta clasificación, ya que la misma se considera un estado de la piel, y no un tipo de piel en sí.
Ahora mencionaremos algunas características para cada tipo de piel:
Piel normal o eudérmica: Curiosamente, es el tipo de piel menos común. Se trata de una piel tersa, sana, de tono uniforme y equilibrada: no es demasiada seca ni muy grasa. En general no presenta granos, y los poros son pequeños; no tiende a irritarse ni enrojecerse ante el uso de nuevos productos o cambios climáticos.
Piel grasa: Se caracteriza por ser una piel gruesa, con poros grandes, sensación grasa a lo largo del día y con imperfecciones. Tiene una apariencia, húmeda, porosa y brillante. Se produce como resultado de un exceso de producción de grasa por las glándulas sebáceas. Normalmente tarda un poco más en mostrar los signos del envejecimiento.
Piel seca: Se siente como una piel tensa, áspera, escamosa. La piel seca retiene menos humedad que la piel normal y las glándulas sebáceas segregan menos grasa, lo cual provoca descamación y la aparición de líneas de expresión. Estas características suelen hacer que la piel luzca apagada y envejecida. Tiende a ser más susceptible a los factores ambientales externos y suele reaccionar irritándose.
Piel mixta: Es en realidad una combinación entre piel grasa y piel normal/seca. Este tipo de piel se caracteriza por tener una zona T grasa (nariz, frente y barbilla) y el resto del rostro (mejillas) normal o seco. Algunos también le llaman “piel grasa deshidratada”.
EXTRA TIP:
Para descubrir tu tipo de piel, te propongo el siguiente ejercicio: Al levantarte por la mañana, antes de lavarte la cara o aplicarte cualquier tratamiento, obsérvate en el espejo. Es el mejor momento del día para hacerlo. ¿Qué ves?
✔️Si notas la piel brillosa, presencia de poros dilatados, tenés granitos y/o al tocarte el rostro sentís una sensación oleosa, es probable que tu piel sea grasa.
✔️Si notás tu rostro tirante, áspero, apagado, opaco, probablemente se trate de una piel seca.
✔️Si observás brillos en la zona T pero una sensación de tirantez en las mejillas, es probable que sea una piel mixta.
✔️Si en cambio, notás que tu piel es súper suave, luminosa (pero son grasitud), no hay poros abiertos, no tenés granitos… tu piel será del tipo “normal”, aunque paradójicamente, es el tipo de piel menos normal en la población.